Estrellas fugaces
y fijas
aran
la noche
más oscura.
Su cuerpo,
sin embargo,
permanece
al lado del mar,
mientras viaja
con los párpados
bajados,
sintiendo,
en esa oscuridad salada,
el calor
de cada una de las luces
sin las que
no
existiría.
jueves, 25 de febrero de 2010
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