Las entregas,
pero en vez
de darlas en forma de ramo
de rosas rojas
en una fecha señalada,
o transformadas
en un peluche gigante
a los pies del árbol
de Navidad,
las dejas en la puerta de su casa
detrás de la maceta que hay en la entrada.
Sabes que mirará,
un día u otro,
y que eso
es lo único que importa.
domingo, 28 de febrero de 2010
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