domingo, 18 de diciembre de 2011

A MANO ALZADA

Le dibujó una hiedra negra
que trepaba por el pulgar
hacia el antebrazo
girando.

Gritó en idioma extrajero
haciendo de las consonantes
un canto o un susurro

Se desnudó, mostrándole la nariz
la boca, sólo para que volviera a ella
cuando quisiera otro dibujo.

La pintora de la aguja
que no hace daño
la de quince años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario