Hay una luz cálida
que llega de lejos
a los rincones más oscuros de esta playa.
Tiene un tono azulado para todo aquel
que no visitó su torre,
y que cambia de color, sólo para quien lo ama.
El haz de luz que recorre el mar
dibuja el camino que cada noche
la niña emprende hacia el otro lado.
A veces el sendero son unos
brazos de madre
que cantan nanas de mar
otras, besos de amante,
capaz de matar
y morir.
Hasta que amanece.
martes, 6 de diciembre de 2011
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Era hora de volver. No lo vuelvas a hacer, eh?
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