Llevas unas gafas horribles,
tus ojos, sin embargo,
son los de siempre.
Pareces un hombre de campo
o de ciudad,
un señor mayor
perdido
una tarde de invierno
con tu chaqueta de lana
y tus coderas
como si nunca hubieras sido nada
de nadie,
sólo un hombre mayor
con quien podría cruzarme por la calle.
lunes, 26 de diciembre de 2011
domingo, 18 de diciembre de 2011
A MANO ALZADA
Le dibujó una hiedra negra
que trepaba por el pulgar
hacia el antebrazo
girando.
Gritó en idioma extrajero
haciendo de las consonantes
un canto o un susurro
Se desnudó, mostrándole la nariz
la boca, sólo para que volviera a ella
cuando quisiera otro dibujo.
La pintora de la aguja
que no hace daño
la de quince años.
que trepaba por el pulgar
hacia el antebrazo
girando.
Gritó en idioma extrajero
haciendo de las consonantes
un canto o un susurro
Se desnudó, mostrándole la nariz
la boca, sólo para que volviera a ella
cuando quisiera otro dibujo.
La pintora de la aguja
que no hace daño
la de quince años.
HAY DIAS Y DIAS
Los recuerdos son gotas esparcidas
en la luna trasera
de mi Corolla Verso.
Morirán cuando salga el sol
o el limpiaparabrisas las aparte
para dejar lugar a otras,
como un pañuelo extraño que enjuga las lágrimas
mientras conduzco.
en la luna trasera
de mi Corolla Verso.
Morirán cuando salga el sol
o el limpiaparabrisas las aparte
para dejar lugar a otras,
como un pañuelo extraño que enjuga las lágrimas
mientras conduzco.
martes, 6 de diciembre de 2011
EL FARO DEL FIN DEL MUNDO
Hay una luz cálida
que llega de lejos
a los rincones más oscuros de esta playa.
Tiene un tono azulado para todo aquel
que no visitó su torre,
y que cambia de color, sólo para quien lo ama.
El haz de luz que recorre el mar
dibuja el camino que cada noche
la niña emprende hacia el otro lado.
A veces el sendero son unos
brazos de madre
que cantan nanas de mar
otras, besos de amante,
capaz de matar
y morir.
Hasta que amanece.
que llega de lejos
a los rincones más oscuros de esta playa.
Tiene un tono azulado para todo aquel
que no visitó su torre,
y que cambia de color, sólo para quien lo ama.
El haz de luz que recorre el mar
dibuja el camino que cada noche
la niña emprende hacia el otro lado.
A veces el sendero son unos
brazos de madre
que cantan nanas de mar
otras, besos de amante,
capaz de matar
y morir.
Hasta que amanece.
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