El cielo gris
a punto de estallar
las madejas moviéndose
sobre el techo
como si un cristal nos envolviera
y el agua,
en forma de hilos,
no nos fuera a tocar nunca.
Y el viento fresco
como un río helado
cuyo contacto,
te hace sentir
el calor,
recorriéndolo todo.
martes, 15 de septiembre de 2009
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