Hay quien juega al parchís,
a las damas,
-amontonando amantes a la espalda-
al ajedrez,
al póker
-miénteme, anda-
y hay quien juega a las carreras.
A ella no le gustaban los juegos de mesa;
en su mundo, solo huecos con nombres
como una hielera con formas diferentes y
un espacio intocable
solo de él,
aunque él nunca lo entienda.
lunes, 26 de junio de 2017
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