jueves, 10 de diciembre de 2009

LAS CARTAS QUE SE LANZAN AL RÍO, VAN A PARAR AL MAR.

Miró hacia la lejanía.
Desde lo alto de la duna,
parecía una isla.
Brillaba como una medusa gigante,
un trozo de gelatina blanca.

Si hubiera tenido prismáticos,
habría visto
la primera isla
de papel escrito.

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