Hace tiempo
el capullo se rompió
y la mariposa sobrevuela
el embalse en el que te deslizas.
Lentamente,
a cada palada de tu piragua,
trazas movimientos perfectos
que te harán avanzar
más que a nadie
despacio
despacio
aunque las olas arrecien.
Y yo aquí, condenada a solo mirarte
y acercarte una toalla
para que te enjugues el agua
y la sangre.
martes, 27 de octubre de 2015
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