La quietud del páramo
la continuidad de las olas lamiendo el final de lo que alcanza tu vista
la neblina que se convierte en manta suave
un sol dorado que no duele en los ojos (especial para usted, señorita, descafeinado y con una gota de leche)
algo de caos
el fin de los dramas
el horizonte es una línea infinita que acaba en ti
dentro de tu pecho
el hilo que sobresale, si lo estiras, deshará tu corazón y se convertirá en horizonte de nuevo
y la misma pregunta en tu cabeza
cada día